dimarts, de novembre 14, 2006


LAS 100 MILLAS DEL HIMALAYA POR ALEJANDRO CLARASÓ

La dificultad no está en la distancia sino en el perfil de la montaña y sobre todo en la altura. Correr a más de 4.000 metros reduce tus condiciones físicas.

Después de tres días de viaje y tres aviones diferentes, llegamos a un pueblecito de montaña situado a 2.000 metros de altura, en la frontera entre India y Nepal. Aquí la gente tiene rasgos nepalíes, en ningún caso parece hindú. El medio de subsistencia de este pueblecito es el cultivo del té verde. Al ser una tierra rica en recursos naturales, la gente no es tan pobre como en las grandes metrópolis.

Llegada de todos los participantes a las 6:00 AM, reparto de pañuelos nepalíes a todos los participantes para desearles la mejor suerte y posterior discurso de las autoridades del pueblo y de la plana mayor del ejército, naturalmente en inglés. Los lugareños tienen una forma de hablar realmente curiosa; parece que estén llorando ya que hablan entrecortadamente y pronuncian con fuerza las erres.

Primera etapa: Manybanjung-Sandakphu (38,5 km)

La salida tiene lugar a las 7:00 AM por las calles del pueblecito. Enseguida encontramos una rampa del 20% que nos conduce hasta un pico de 3.600 metros con una distancia de 15 kilómetros.
Aunque salgo de los primeros, pronto soy superado por los cracks de la carrera, entre ellos un español. Me digo a mí mismo que se trata de una prueba muy larga y que hay que tener calma. Después de una ascensión, realizamos una bajada de 6 kilómetros hasta llegar a una altura de “sólo” 2.700 metros donde se puede ver la frontera entre la India y Nepal. Durante la carrera, se ven muchos puestos fronterizos vigilados por militares que parecen campesinos pero con fusil. Recargamos agua y un poco de comida para afrontar la parte final de la etapa y también la más dura.
Empiezo esta parte con fuerza, pero al poco tiempo tengo problemas estomacales que me obligan a detenerme en diversas ocasiones. Mi compañero de carrera hasta ese momento, un americano que en su día fue un buen corredor 2.10 de maratón y que ahora trabaja en el Washington Post, finalmente me deja atrás. Yo reanudo la carrera, me esfuerzo para alcanzarlo y lo adelanto, pero al poco tiempo me tengo que volver a parar. Esta situación se repite otras cinco veces más. El americano se ríe cuando me adelanta y ve mi situación. Al llegar a los 3.500 metros, la altura afecta a mi cuerpo y me deja destrozado. ¡Y todavía quedan unos metros más…! Noto una presión brutal en mi cabeza. Parece que haya bebido tres botellas de vino. Me cuesta seguir en línea recta para no caer al precipicio. Se trata del famoso y temible mal de altura.

Segunda etapa: Sandakphu-Molle-Sandakphu (32 km)

La salida del segundo día de carrera se hace desde un pueblecito de montaña donde no hay agua, calefacción ni electricidad. Nos calentamos en unas cabañas donde se quema excremento de yak. La noche ha sido larga y muy fría. Hemos tenido que dormir a 4 grados bajo cero. Muchos atletas lo han pasado peor, ya que además no se han adaptado a la altura y han tenido que permanecer en la enfermería con suero y pastillas. Algunos han sufrido hasta ataques epilépticos por falta de oxígeno, por lo que no podrán salir a correr.
Nos levantamos a las 4:00 AM para desayunar. La carrera empieza a las 6.00 AM. Se realiza un bucle de ida y vuelta con variedad de rampas. El recorrido transcurre por un paraje de gran belleza, en el único lugar del mundo donde se pueden ver los cuatro picos más altos del planeta: Lhotse (8.571 m), Makalu (8.481 m), Everest (8.848 m) y Khangchendzonga (8.435 m) y un montón de sietemiles impresionantes. Con 32 kilómetros por delante, salgo con Javier y Miguel formando un trío que más o menos nos entendemos en ritmos e idioma. Aunque ellos están más fuertes, les afecta más la altura de manera que nuestro nivel físico queda bastante igualado. En el kilómetro 4, Miguel se cae y se rompe un dedo. Javier y yo intentamos ponérselo en su sitio, pero no conseguimos enderezarlo del todo. Miguel aguanta el dolor entre grito y grito y decidimos seguir hasta el próximo punto de control para solicitar los servicios médicos, ya que de ninguna manera quiere abandonar la carrera. En medio de este incidente nos adelantan un montón de corredores que luchan por mejorar su clasificación. Cuando llegamos al punto de control, la organización llama al médico y decidimos dejar a Miguel esperándolo allí. Javier y yo reiniciamos la carrera rápidamente, ya que el inglés que iba tercero hacía rato que nos había pasado. Al poco de haber dejado a Miguel, éste aparece por detrás de nosotros. Nos comenta que el médico iba a tardar en llegar y que lo atendería al final de la etapa. El esfuerzo realizado lo pagará en la siguiente etapa. Nosotros conseguimos mantener a raya al inglés, que intenta escaparse sin gran éxito. Tan sólo consigue sacarnos 4 minutos.
A la llegada, fotos y comida. Es increíble lo bien que estamos comiendo en este lugar perdido del mundo. Un 10 para la organización. A continuación, descanso y tareas ya que a las 5 de la tarde ya es de noche y la temperatura baja en picado. Visitamos a los enfermos y esperamos a los demás participantes. Las chicas que ayer hicieron la etapa andando hoy la realizan corriendo. Mónica y Bárbara consiguen llegar de las primeras y muy contentas por haber finalizado la etapa. Lloros y sonrisas de emoción.

Tercera etapa: Sandakphu-Phullet-Molle-Rimbik (42,1 km)

La tercera etapa es la etapa reina, el Maratón del Everest, donde al final se realizan 2 kilómetros más de propina. Los dos primeros clasificados salen como motos. Alberto empieza fuerte para intentar descolgarse del irlandés con el que comparte podio, pero al final de la etapa ambos llegan juntos.
Los diez siguientes clasificados, que conforman el segundo grupo, también se vigilan de cerca. Yo consigo colarme en este grupo. Existe miedo ya que se trata de una etapa larga y en ella se pueden decidir las primeras posiciones. Al final nos quedamos un grupito de cuatro corredores: Javier, el inglés, Miguel y yo. En la penúltima ascensión, Miguel queda fuera de combate debido al gran esfuerzo realizado en la etapa anterior y a lo sucedido en el dedo.
Javier y yo vamos haciendo nuestra carrera y el inglés se sitúa detrás de nosotros. Al final de la última ascensión, el inglés observa la debilidad del rival y empieza a tirar fuerte. Javier no puede más con su intenso dolor de cabeza. Yo intento tirar de él para evitar que el inglés recorte muchos minutos. En el tramo final de la etapa realizamos una bajada de más de 11 kilómetros. Javier se empieza a encontrar mejor ya que vamos perdiendo altura. Finalmente, el inglés sólo logra sacarle 5 minutos. Qué suerte he tenido; sin quererlo me he colocado cuarto en la clasificación general y quinto en la etapa.
Descanso merecido. Mis pies no aguantan más, están llenos de ampollas. A descansar que mañana se realiza una de las etapas más rápidas.

Cuarta etapa: Rimbik-Palmajua (20,8 km)

Cuarto día. Desayuno a las 7:00 AM y salida a las 9:00 AM. Por delante tenemos 21 kilómetros de los cuales 5 son de bajada, 10 en falso llano y el resto en subida. Hay un montón de gente que me vigila para intentar sacarme el puesto. Salgo rápido. En bajada consigo mantener el tipo, pero en el falso llano me empiezan a pasar por todos los lados. A esto se suma un dolor estomacal que me obliga a parar un par de minutos. A lo lejos veo que Alberto se queda descolgado de su rival y pienso que hoy perderá el primer puesto. Yo intento seguir corriendo lo más rápido que puedo, pero hoy el llano no se me da bien. En la subida consigo mantener un ritmo constante. Al final mis máximos perseguidores sólo consiguen llegar 3 minutos antes que yo. Busco a Alberto para que me explique cómo ha terminado. Me comenta que en la subida final había conseguido dar caza a su rival. Bárbara, que ha salido como una moto, consigue llegar destacada en primera posición en la categoría féminas.
Hoy tenemos más tiempo para descansar y realizar unas compras: sodas, galletas… Estamos a una altura de 2.200 metros y el clima es más caluroso. A descansar que mañana toca la última etapa.

Quinta etapa: Palmajua-Manybanjung (27,2 km)

Ultimo día. Salida a las 6:00 AM. Salimos en subida durante 12 kilómetros para después correr en falso llano y terminar en bajada en el pueblecito desde donde salimos hace cuatro días. Los dos primeros deciden no darse guerra y llegar juntos a la meta. Por detrás, todo está decidido. Ayer Javier consiguió meter tierra entre él y el inglés. Sin embargo, yo lo tengo más difícil ya que el quinto y el sexto corredor están muy fuertes. A la salida intento seguir al americano. Sé que si me deja en subida lo tendré muy mal. Para que no se escape en el llano, consigo mantener su ritmo e incluso sacarle unos metros en el tramo final de la subida. En el llano se escapa sin darme alternativa. Intento mantener las referencias en los controles de paso. Poco a poco me va sacando minutos sin remedio. Todavía me quedan 10 minutos de margen, pero tengo problemas en los pies. No consigo dar velocidad a mis piernas, sólo intento mantener un ritmo de 4:30-5:00 minutos por kilómetro. Sólo faltan 10 kilómetros… Podré mantener la posición ya que él está corriendo a 3:30-4:00. Al final consigo mi objetivo y el americano no me supera en la clasificación general.
Llegada, flores, fotos y alegría. Llego saltando de alegría sin notar dolor en los pies y cruzo la meta en cuarta posición.

Clasificación final:
1º Alberto Majós
2º Javier Marina
3º El inglés
4º Alex Clarasó